NOTAS DE GRACIA
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” Efesios 6:12
“orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;” Efesios 6:18
Ahora es el momento, para aquellos que se han lavado en la sangre preciosa de Jesucristo, de levantarse y entrar de lleno en la vida que Él ha comprado para nosotros. ¡Él nos ha salvado para Su glorioso propósito, el cual Él anhela cumplir en y a través de nosotros! Nuestro Señor desea demostrar Su triunfo y Su alabanza a través de Su pueblo, pero somos lentos para entrar en la plenitud de la promesa de ” y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí” (Gal. 2:20). Nos hemos retraído y hemos arrastrado tanto nuestros pies que nos parece normal… pero en realidad es un pecado terrible contra El y una señal de nuestra falta de fe, que sigamos permaneciendo en nuestra condición actual. ¡Esta es la idea central de los capítulos tres y cuatro de Hebreos! Él nos sacó de nuestra antigua vida con el fin de llevarnos a Su Vida Nueva.
Las batallas espirituales nos rodean por todos lados, y las víctimas son muchas; pero la iglesia parece impotente para participar y triunfar en dichas batallas, porque todavía estamos luchando con las armas carnales de nuestra antigua vida, y los recursos que sacamos de nuestros propios entendimientos y planes. La incredulidad nos ha robado y nos ha dejado viviendo en el desierto de nuestra incredulidad e ideas humanas.
Dios nunca tuvo la intención de que viviésemos la vida cristiana por medio de nuestra propia fuerza o determinación. ¡Él tiene algo mucho más glorioso en mente que nuestro apoyo sentimental de Su reino! Su intención es que la vida misma del Señor Jesús sea nuestra vida y suplirnos de todas las cosas. La vida perdurable de Su vida que nos habita es la clave de la victoria para la iglesia. ” y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí” es el camino del verdadero descanso. Pero… “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.” (Juan 3:30). Esto implica una nueva apropiación de la cruz y nuestra muerte con El. ¡Aparte de esta muerte diaria y el acto de vaciarnos a nosotros mismo en el Señor, todo lo que podemos esperar es una vida que puede parecer espiritual, pero que en realidad no lo es! Podríamos estar “ocupados en la iglesia,” pero no vamos a ser eficaces en Su Reino. ¡Ciertamente esto no es algo que agrada a Dios!
Tenemos que dejar de pedir a Dios que luche nuestras batallas por nosotros y empezar a creer que El lucha Sus batallas a través de nosotros. Pero tenemos que entrar completamente en Sus promesas antes de que estemos en el verdadero campo de batalla. Esto está gloriosamente representado para nosotros en el libro de Josué. La entrada a la tierra de Canaán es una imagen del reposo espiritual y la victoria que está destinada a ser la herencia de cada creyente en la tierra. ¡El descanso y la confianza EN el Señor Jesús, y el vivir en el poder de Su vida resucitada, es la promesa de Dios a cada creyente! La liberación de Egipto fue sólo el comienzo de Su proceso de llevar a Su pueblo al pleno disfrute de Canaán. Él los SACÓ de Egipto para que los pudiera LLEVAR a la plena posesión de la promesa. Sin embargo, la incredulidad despojó al pueblo de Dios de esa bendición y los dejó en una “vida circular” en el desierto del pecado e incredulidad. De acuerdo a La Palabra, el viaje desde Egipto a Canaán era sólo un viaje de once días (Deut. 1:2), pero la incredulidad lo alargó a una prueba de cuarenta años. ¡Qué imagen para nosotros! La mayoría de los cristianos se quedan cortos de la intención plena de Dios y se contentan con vivir en el “desierto”. ¡Si lees los capítulos 3 y 4 del libro de Hebreos, verás este paralelismo con claridad al igual que oirás su advertencia! ¡Fuera (del desierto)… pero aún no dentro (de la tierra prometida)!
Muchos, aunque justificados por la sangre del Cordero y habiendo experimentado la liberación de la esclavitud por parte de Dios, no han entrado todavía en el pleno disfrute de la vida perdurable del descanso en Cristo. Ellos han experimentado la disposición y el cuidado de Dios a cierto nivel, pero no han entrado en la vida de “y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí”. Ellos no pueden luchar en las batallas de Dios, ya que todavía están luchando sus propias batallas. En vez de vivir en la plenitud de Sus promesas, siguen caminando por vista, incapaces de abandonar en sus corazones los placeres de sus antiguas vidas. Se preocupan de su propia supervivencia y bendición. Ellos pueden ser salvos, pero es “como por fuego” (1 Cor. 3:15).
¡Dios dice que existe un plano superior de vida! Queda un reposo para el pueblo de Dios. Jesús ha comprado todo para nosotros y Él anhela que nosotros entremos, pero podemos tener sólo lo que demandamos por fe. Debemos “cruzar el Jordán” a la Vida prometida. Es entrar en la esfera celestial y aprender a vivir en el Espíritu. ¡Esta es la idea central de todo el libro de Efesios! El cruce del Jordán es una poderosa imagen de la lección que nos enseña lo que debe suceder antes de que realmente podamos entrar en la promesa y la intención plena de Dios. ¡Es el final de la vida del yo y el comienzo de la vida de Cristo!
¿Cómo hacemos esto? ¡Por la fe! Debemos mantener nuestros ojos en el Arca del Pacto de Dios, Jesucristo, y seguirle mientras nos conduce a todas las promesas de Dios. Al afirmar nuestra muerte con Cristo y atrevernos a recibirlo por fe, podemos confiar en la vida de nuestro Señor resucitado como nuestra propia vida. Al meditar en Su Palabra, Él comenzará a llevarnos a Su triunfo. Él nos alistará para el campo de batalla…
(Parte 1 de 3) Al Whittinghill, Kneemail, edición de febrero del 2010, que se utiliza con permiso. awhittinghill@mac.com Al Whittinghill sirve con los Embajadores de Cristo Internacional, 1355 Terrell Mill Road, Edificio 1462, Suite 100, Marietta, GA 30067, Teléfono: 770-980-2020 http://www.afci-usa.com RENACIMIENTO EN LA IGLESIA – EVANGELIZACIÓN A TRAVÉS DE LA IGLESIA – FORMACIÓN DE LA IGLESIA …
“Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.” (Juan 14: 13 -14)
“A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.” Ezequiel 33:7
Derechos de Autor de NOTAS DE GRACIA de Al Whittinghill, 2010. Se concede permiso para reimprimir (con crédito) para uso no comercial. Citas de la Biblia fueron tomadas de la versión RVR 1960 © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina. Traducción de J A Toranzo.