Un cambio radical de perspectiva personal se conoce en nuestros días como un “cambio de paradigma”. El consultor de liderazgo, Steven Covey, explica este concepto: “El término ‘cambio de paradigma’ fue introducido por Thomas Kuhn en su influyente libro de referencia, La Estructura de las Revoluciones Científicas. Kuhn demuestra cómo casi todos los importantes avances en el ámbito de la labor científica comienzan con una ruptura con la tradición, con las viejas formas de pensar, con los viejos paradigmas. Para Ptolomeo, el gran astrónomo egipcio, la tierra era el centro del universo. Pero Copérnico creó un cambio de paradigma, al igual que una gran resistencia y persecución, al poner al sol en el centro de su universo. De repente, todo adquirió una interpretación diferente… Ya sean instantáneos o paulatinos, los cambios de paradigma nos mueven de una forma a otra de ver el mundo. Esos cambios causan grandes cambios en nuestras perspectivas…. Mientras más conscientes estamos de nuestros paradigmas básicos, mapas o suposiciones, y la medida en que hemos sido influenciados por nuestras experiencias, podremos asumir más responsabilidad por esos paradigmas, examinarlos, (y) comprobar su validez frente a la realidad”. [1]
¿Qué opina de la vida cristiana? Si su punto de vista ha sido distorsionado por la tradición, el rechazo, o el legalismo, usted está necesitado de un cambio de ” paradigma bíblico“. Un despertar a “la gracia” incluiría estos cambios de perspectiva:
* Recursos para la vida: Los esfuerzos personales serán cambiados por la capacitación por el Espíritu Santo. (Gálatas 3:3).
* La percepción de la identidad personal: La identidad basada en los sentimientos/triunfos será cambiada por una identidad espiritual/Cristocéntrica. (Ef. 2:6,10).
* Aceptación de Dios: La aceptación por parte de Dios basada en nuestros esfuerzos será cambiada por una aceptación basada en Su gracia. (Efesios 1:6).
* Obras: “Hacer para ser” será cambiado por “ser para hacer”. (Col. 2:6).
* La autoestima: La autoestima sobre la base de los valores del mundo cambia sobre la base de los valores bíblicos para la autoestima. Somos creados a la imagen de Dios y redimidos por la sangre preciosa de Cristo (Génesis 1:26,27; 1 Pedro 1:18,19).
*Santidad: El creyente ya no es sólo un pecador “salvado por la gracia”, sino un santo que a veces peca. (1 Cor. 1:2; 6:11).
* Ministerio: El creyente entiende que su ministerio primordialmente no es “trabajar para el Señor”‘, sino cooperar con Dios por medio de Su fuerza y orientación (Gálatas 2:8).
* La persona de Cristo: Cristo no es solamente el único Salvador y Señor. El es Salvador, Señor, y La Vida (Rom. 5:10).
* Ley de Dios como un medio de una conducta correcta: Los recursos del creyente para la piedad no son primordialmente un código externo de reglas, sino aquella piedad que es estimulada espiritualmente por el principio interno de la ley del amor. (Romanos 7:5,6; 13:8-10).
El paradigma de Gálatas 2:20 no es comprendido solamente por el estudio bíblico y teológico, sino que se revela por la iluminación del Espíritu Santo. “Ahora que hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido” (1 Cor. 2:12). El conocimiento bíblico no es lo mismo que el entendimiento bíblico. ¡Cuánto debe anhelar el Señor que nosotros podamos apreciar plenamente las bendiciones de la gracia de la vida en Cristo!
El predicador británico, Stephen Olford, observó:
“La filosofía de Avis (Una agencia de rentas de automóviles cuya propaganda en sus anuncios se centra en la frase ‘Nos esforzamos más [tratamos de hacerlo mejor]’) es fatal en la vida cristiana. No vivimos la vida de Cristo “tratando”, sino más bien “confiando”. Cuando tratamos, es nuestro propio esfuerzo, y estamos hechizados por nuestras propias energías; cuando confiamos, es el esfuerzo del Espíritu, y somos bendecidos. “
Olford Continuó recordando su “cambio de paradigma” sobre la Vida Abundante en Cristo:
“Recuerdo que cuando ésta verdad se convirtió en una realidad en mi experiencia personal, ya había rendido mi vida a Jesucristo para el ministerio cristiano. Mientras esperaba para iniciar mi formación teológica, pasé los fines de semana predicando en iglesias locales. Cada vez que abría la boca para hablar, yo estaba obsesionado por el recuerdo de las derrotas del pasado. En lugar de acudir al Señor para su liberación, traté de vencer el problema por mi propio esfuerzo. ¡El resultado fue desastroso! En lugar de ser liberado, estaba paralizado. En mi desesperación, fui a escuchar a un misionero, que se encontraba visitando, dar una serie de estudios sobre el libro de Romanos. Explicando el capítulo 6, se detuvo para hacer esta pregunta: ‘¿Hay alguien aquí que está atormentado por su pasado y derrotado en su testimonio? Yo sabía que Dios me estaba hablando, así que escuche muy atentamente. Luego continuó: ‘¿Sabes que la introspección es una violación del principio de la gracia? Dios ha condenado, crucificado y sepultado a tu “viejo hombre”. ¿Qué derecho tiene usted para visitar el cementerio de su pasado moral y desenterrar los huesos? Acepte por fe lo que Dios ha hecho y confié en el Espíritu Santo para liberarle a fin de vivir la vida resucitada en Cristo. “Eso era todo lo que necesitaba. Yo vi la locura y la inutilidad de mis pobres esfuerzos, y la gracia de Dios me puso en libertad!” [2]
¿Puedes decir “amén” a los descubrimiento del Dr. Olford? ¿Es su percepción de la vida cristiana y humanista basada en los sentimientos, o bíblica y Cristocéntrica? Atrévase a creer el testimonio del Espíritu Santo a través de la Palabra de Dios. ¡El da a conocer las riquezas de la gracia divina, para cambiar su paradigma por la fe!
Te alabamos, oh Dios, por el perdón completo que tenemos a través de la cruz de Cristo. Líbranos de nuestros propios intentos débiles para obtener la victoria, y cambiar nuestra perspectiva para apropiarnos plenamente de la vida salvadora de Cristo. Por los meritos de Jesús, amén.
[1] Stephen Covey, Los Siete Hábitos de la Gente Altamente Efectiva, p.28, 29. Los énfasis son míos.
[2] Stephen Olford, No yo, sino Cristo, p. 136.
En este artículo se revisan las ediciones 1998 y 2001. Derechos de Autor de John B. Woodward, 2010. Se concede permiso para reimprimir (con crédito) para uso no comercial. Citas de la Biblia fueron tomadas de la versión RVR 1960 © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina. Traducción de J A Toranzo.