NOTAS DE GRACIA
Dr. M.R. Dehaan habla de una conversación con un vecino en la cual llegaron hasta el corazón de las cosas. “Era la primera vez que me encontraba con mi vecino, quien se había acabado de mudar hacía unos pocos días. Me dijo que había tenido problemas del corazón y que había vendido su negocio ya que su médico se lo había aconsejado. Se sorprendió mucho cuando le dije: ‘Sí, lo sé, tengo entendido que usted nació con un problema del corazón’ Enfáticamente me respondió, ‘ ¡Oh, no, tuve un ataque al corazón hace un año solamente! Antes, mi corazón estaba perfecto.’ ‘Pero’, añadí, ‘he leído esta mañana que usted nació con una enfermedad del corazón.’ Le dije lo que Dios dice acerca del corazón pecaminoso del humano y la necesidad de un nuevo corazón. Era la primera vez que escuchaba el verdadero diagnóstico de su problema cardíaco. Mi buen vecino tenía problemas del corazón físico, pero la condición de su corazón espiritual era un problema mucho más grave.” Dr. Dehaan dio una receta precisa: “Sólo hay un remedio. Necesita un ‘corazón nuevo’ que debe ser suministrado por el Gran Médico, Jesús. El hace Su gran obra en nosotros mientras reconocemos nuestros problemas del corazón y lo dejamos operan a través de Su gracia, dándonos la vida eterna.” [1]
Esto nos lleva a esta pregunta: ¿Cuál es la naturaleza del nuevo corazón del creyente? Este aspecto de nuestra vida debe ser importante, ya que se le hace referencia más de 750 veces en Las Escrituras. Por ejemplo, Proverbios aconseja “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.” (Prov. 4:23). La importancia del corazón también está indicada en el mayor de los mandamientos: “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.” (Mateo 22:37).
En su libro, Afecciones Religiosas, Jonathan Edwards presentó un caso poderoso en relación al papel central del corazón en la vida cristiana y la adoración. He aquí un extracto: “Aquella religión que Dios requiere, y acepta, no consiste de deseos débiles, aburridos, y sin vida, los cuales nos elevan un poquito por encima del estado de indiferencia: Dios, en Su Palabra, insiste mucho sobre esto, que seamos buenos de una forma seria, ‘fervientes en el espíritu’, y con nuestro corazón fervientemente comprometido con la religión:”. Rom. 12:11 “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;”. Deut. 10:12, “Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma;” . Y el capítulo 6:4-6, ‘Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tú Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;”
Es un ferviente y vigoroso compromiso del corazón en la religión, que es el fruto de una circuncisión verdadera del corazón, o la verdadera regeneración, y que tiene las promesas de la vida. Deut. 30:6 “Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.” [2]
Un estudio de los pasajes bíblicos que hablan del “corazón” indica que corresponde al ser mas intimo de la persona – especialmente en lo que se refiere a los afectos y el amor. El corazón refleja lo que es valorado y apreciado en la vida.
Hebreos 4:14 indica que tu ser interior e invisible está compuesto del alma y el espíritu: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” ¿Es el corazón idéntico con el alma o el espíritu? No exactamente, ni tampoco es el “corazón” otra “parte” de nosotros. Más bien, el corazón es el asiento de los afectos en ambos, el alma y el espíritu. [3]
Sin embargo, existen varios tipos de referencias diferentes acerca del corazón del creyente. Algunos se refieren a las tendencias pecaminosas, mientras otros pasajes describen un corazón nuevo y justo. ¿Cómo reconciliar estas diferencias? Así como el órgano físico del corazón tiene diferentes cavidades, puedes imaginar dos cavidades diferentes en el corazón del creyente: la “cavidad del espíritu”, la “cavidad del alma”.
La Cavidad del Alma en el Corazón
La cavidad del alma del corazón está sujeta a la influencia de la carne, el mundo, y el diablo. Las referencias de alerta se dirigen al alma / corazón. Al referirse a las tendencias de la carne en la cavidad del alma, el profeta declaró: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9). Del mismo modo, el apóstol Pablo confesó que en nuestra carne “no mora el bien” (Rom. 7:18; Cf. Mateo 15:19.).
Otros pasajes se refieren al potencial del alma de elegir y amar ya sea lo que es malo (Deut. 11:16, Salmo 66:18) o lo que es bueno (Cf. Santiago 4:8; 1 Pedro 1:22; 3: 15; Prov. 28:26; Col. 3:15) Nuestro Señor dio instrucciones: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.” (Mateo 6:19-21). “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.” (Col. 3:1,2).
La Cavidad del Espíritu en el Corazón
La cavidad del espíritu en el corazón ha sido hecha una nueva creación en Cristo (2 Cor. 5:17). Este es el hombre interior que “se deleita en la ley de Dios” (Romanos 7:22). El espíritu / corazón purificado por la fe en el momento de la salvación (Hechos 15:9). Esta cavidad es a la que se refieren algunos pasajes tales como la profecía de Ezequiel acerca de la regeneración: “Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.” (Ezequiel 36:25-27). Jeremías anticipó este cambio de corazón a través del Nuevo Pacto: “Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.” (Jer. 31:33; Cf. Juan 7:38; Mateo 12:35).
A medida que el creyente sabe de y reconoce su verdadera identificación con Cristo, aprecia su nuevo corazón, en el que se ha convertido en un participante de la naturaleza divina (2 Ped. 1:4).
Este nuevo corazón nos llama a amar a Dios supremamente. El Cantar de los Cantares de Salomón representa un testimonio poético del Oriente Medio acerca de la intimidad potencial en la vida matrimonial piadosa. La esposa dice:”Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; Porque fuerte es como la muerte el amor; Duros como el Seol los celos; Sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama. Las muchas aguas no podrán apagar el amor, Ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, De cierto lo menospreciarían.” (Cantar 8:6-7). De la misma forma en que la Sulamita compartió su corazón con su esposo, la esposa de Cristo debe reflejar el amor incomparable del Esposo.
Un Corazón Unido
Por lo tanto, nuestra oración debe ser por un corazón unido – uno en el que la “cavidad del alma” está de acuerdo con la “cavidad del espíritu” en el reconocimiento de la dignidad de Dios. “Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; Afirma mi corazón para que tema tu nombre.” Salmo 86:11. Cf. Ef. 6:5; Col. 3:22; Mat. 22:37; Prov. 3:5; Deut.11:13). Este corazón unido también promoverá la paz y la unidad en la comunión cristiana: “Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.” (Col. 3:15).
Oremos con David, “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.” (Salmo 19:14).
~~~~~
[1] El Dr. Dehaan MR, Problemas del Corazón, Nuestro Pan Diario, 10 de mayo de 1996. rbc.org
[2] Jonathan Edwards, Afecciones Religiosas, parte 1, capítulo 2. Disponible en línea en www.CCEL.org. [1703-1758, pastor, educador, filósofo y teólogo, un líder en el Gran Avivamiento]
[3] Las partes del hombre se identifican en 1 Tes. 5:23: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” Para un estudio adicional, consulte el libro en línea en http://www.GraceNotebook.com/theological_papers_index.htm
Para un estudio adicional sobre el nuevo corazón del creyente, http://frankallnutt.com/NH.Home.htm visita (libros) http://www.NewHeartExpressions.com (aplicado a la consejería de adicción) y ver la Nota De Gracia: “Renovación de Tus Afectos “
_________________________________________________________________________________
Derechos de Autor de John B. Woodward, 2010. Se concede permiso para reimprimir (con crédito) para uso no comercial. Citas de la Biblia fueron tomadas de la versión RVR 1960 © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina. Traducción de J A Toranzo.