NOTAS DE GRACIA
La Cura Para la Apostasía (Primera Parte)
Por John Woodward
Un Estudio de Hebreos 6:1-9
Para estar seguro de Cristo como la fuente de tu vida, necesitas estar seguro de Su salvación. Sin embargo, los pasajes de advertencia en Hebreos 6:1-9 y 10:26-39 son utilizados algunas veces para cuestionar la seguridad del creyente. Veamos una breve explicación de estos pasajes en sus contextos.
Este artículo explora el significado de Hebreos 6:1-9: “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite. Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.” (Hebreos 6:1-6).
Este pasaje ha sido un reto para estudiantes de la Biblia y el espacio no permite un tratamiento exhaustivo de los diferentes puntos de vista gramaticales y teológicos. Sin embargo, el análisis que sigue parece estar en armonía con el contexto del pasaje y la enseñanza del Nuevo Testamento en su conjunto.
Vamos a empezar con el trasfondo. Esta epístola fue escrita para un público predominantemente judío que estaba siendo perseguido por su confesión de fe en Jesús como el Mesías (Cristo). Aunque el monoteísmo de los judíos fue permitido bajo la ley romana (debido a su celo y patrimonio cultural y religioso) la religión “cristiana” no estaba exenta de la obligación imperial de confesar a César como Señor. Es evidente que algunos de los que habían profesado la fe en Jesús habían regresado a la seguridad económica, social, jurídica y religiosa del judaísmo. [1] Fueron una vez más en busca de los familiares rituales del Antiguo Testamento (tal como se practicaban en el Templo en Jerusalén antes de su destrucción en el año 70).
El escritor de “la palabra de exhortación” (13:22) advirtió en repetidas ocasiones a estos vacilante “conversos” de las consecuencias fatales de desviar la mirada de Cristo como el medio de salvación. “¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.” (Hebreos 2:3,4).
Existe una sección como preparación para el capítulo seis que reprende a la congregación por su falta de aprendizaje y el abandono del crecimiento espiritual: “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.” (Hebreos 5:12-14). La mejor manera de ganar confianza en la fe es aprendiendo, la mejor manera de demostrar la vida espiritual es creciendo.
Aquí el escritor del libro implora: “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; (es decir “a la madurez”-Col. 1:28, 4:12) no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.” Las enseñanzas del ministerio de Cristo como Sumo Sacerdote en los capítulos 7-10 serían como alimento sólido en comparación a la leche. Por lo tanto, las enseñanzas básicas (de leche) no serían repasadas en este momento (6:1,2).
Otra razón para ir a una comprensión más integral de la superioridad de Cristo al sacerdocio del Antiguo Pacto era que estos fundamentos no eran suficientes para restaurar a un creyente apóstata (un creyente profeso que había regresado a la confianza en los rituales del Templo o la tentación de hacerlo). Este alejamiento de Cristo se conoce como “apostasía” (2 Pedro 2:20-22).
Los teólogos debaten si el escenario de Hebreos 6:4,5 se refiere a los que casi se salvaron y luego se alejaron, o aquellos que habían realmente nacido de nuevo, pero (real o hipotéticamente) perdieron su salvación. Este pasaje ha sido difícil para ambos puntos de vistas, para calvinista y para arminiano – difícil para los calvinistas porque suena como que la persona salva cae y no persevera; difícil para los arminianos porque los que “caen” no pueden ser renovados al arrepentimiento (6:6) .
Sin abordar esa cuestión en estos momentos, echemos un vistazo más de cerca al versículo 6 “y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.” (Heb. 6:6). Las Traducciones parecen presentar una RAZÓN por la cual los apóstatas no pueden ser restaurados al arrepentimiento: “crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios…” Sin embargo, ¿qué pasa si la frase describe la CONDICIÓN de aquellos que fueron atraídos temporalmente a regresar a la adoración en el templo? Los que regresaban al judaísmo querían evitar la persecución al tiempo que insinuaban que los sacrificios de animales seguían siendo necesarios para la expiación, incluso después del sacrificio perfecto de Cristo en el Calvario – (“exponiéndole a vituperio”) Una mirada más cercana a la gramática indica que se prefiere la segunda opción.
Hebreos 6:6 usa la expresión “crucificando de nuevo.” Este verbo es un participio presente, activo, transmitiendo la idea de que estaban en una condición de profanar el sacrificio de Cristo [prefiriendo los sacrificios del templo.] Por lo tanto, el texto debería decir, “es imposible que sean otra vez renovados para arrepentimiento MIENTRAS crucifican de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios…” ¿Y cuál es el remedio para esta vacilante confesión de fe que está inclinada a refugiarse en el judaísmo? ¡La solución es ir a las verdades más profundas del sacerdocio superior de Cristo! Por lo tanto, estos reincidentes PODRÍAN ser restaurados al arrepentimiento si fuesen persuadidos por la revelación más completa de la Palabra de Dios. Esto encaja con la progresión del pensamiento en Heb. 7:1-10:24.
El autor advierte a los lectores como un pastor, no especulando sobre la finalidad de sus decisiones. El debate doctrinal sobre la posibilidad o imposibilidad de perder la salvación de uno no se enfoca directamente aquí. Sin embargo, la fe salvadora se describe como una fe que sigue creyendo (Hebreos 3:6; Col. 1:23; 1 Corintios 15:2.).
Esta advertencia se ilustra a continuación por medio de la naturaleza: “Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada. ” (Hebreos 6:7,8).
Después de esta advertencia y una explicación de su estrategia para presentar la supremacía y la firmeza de la persona de Cristo y Su obra, el autor asegura a los hebreos que reciben esta carta que el espera que ellos perseveren. “Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así.” (Hebreos 6:9).
En el próximo artículo vamos a estudiar un pasaje paralelo en Hebreos 10:26-39. Por lo tanto, no teman que la verdadera fe en Cristo no es suficiente para mantenerlos de forma segura en Cristo: “La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo,” (Hebreos 6:19). Por lo tanto, ganen confianza en su fe para digerir la carne de la Palabra, demuestren su vida espiritual por medio del crecimiento.
[1] Además de la opresión romana hubo resistencia por parte de la sociedad judía: “Las numerosas iglesias cristianas dispersas en Judea (Hechos 9:31; Gal. 1:22) estuvieron expuestos continuamente a la persecución de los Judíos (1 Tesalonicenses 2:14.) , esto se convertiría en una persecución más amplia a medida que las iglesias se multiplicaban, y mientras la turbulencia creciente de la nación maduraba en la insurrección del año 66 D.C. la violencia personal, la expoliación de la propiedad, la exclusión de las sinagogas, y los conflictos internos eran las formas de persecución universal. Pero en Jerusalén había un arma adicional en manos de los opresores predominante de los cristianos. Su magnífico templo nacional, consagrado en cada Judío por los antiguos recuerdos históricos y suaves recuerdos personales, con sus atracciones irresistibles, sus acordes suaves, y las ceremonias misteriosas, podría ser cerrado al acceso de los cristianos hebreos.” – Diccionario de la Biblia Smith, “La Epístola a los Hebreos.”
Derechos de Autor de NOTAS DE GRACIA de John B. Woodward, 2010. Se concede permiso para reimprimir (con crédito) para uso no comercial. Citas de la Biblia fueron tomadas de la versión RVR 1960 © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina. Traducción de J A Toranzo.