Hace poco recibí un anuncio acerca de un programa de computadora que permite al usuario diseñar un jardín en 3-D. Para aquellos a quienes les gusta la jardinería, imaginen poder navegar las diferentes opciones de diseños, desde la ubicación del jardín potencial, los contornos de sus canteros, los tipos de plantas a incluir, hasta el lugar específico donde cada planta debe ser plantada. Sin un “pulgar verde”, yo no creo que este enfoque de “alta tecnología” me haría mucho bien. Me pregunto si la impresión de un documento visual de lo que un buen jardinero podría hacer, me sería un consuelo…
De alguna manera el proceso de crecimiento de un jardín podría ser semejante a la exhortación de Dios para nosotros de agregar a nuestras vidas buenas cualidades de carácter. Podríamos llamarle al resultado un “jardín de las virtudes.” El apóstol Pedro enumera ocho de ellas en su segunda carta. Él escribió, “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra FE VIRTUD; a la virtud, CONOCIMIENTO; al conocimiento, DOMINIO PROPIO; al dominio propio, PACIENCIA; a la paciencia, PIEDAD; a la piedad, AFECTO FRATERNAL; y al afecto fraternal, AMOR.” (2 Pedro 1:3-7).
Lo primero que se debe observar es la suficiencia de la provisión de Dios para el creyente. “Él nos ha dado (cuando nacemos de nuevo) TODAS LAS COSAS que pertenecen a la vida y a la piedad.” Como Pablo escribió: “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” (Filipenses 2:13). No se nos pide que “fabriquemos” un buen carácter; es el resultado de permanecer en Cristo.
A pesar de que tenemos este fondo patrimonial del Padre, todavía estamos llamados a “AÑADIR” ciertas cualidades a nuestra vida. El jardinero se encarga de facilitar el crecimiento de sus plantas, pero su vida y el crecimiento es del Creador. Dios ha provisto las semillas, el suelo, el aire, el sol, y el agua. El papel del jardinero es el de facilitar este proceso. Del mismo modo, a pesar de que estas buenas virtudes se derivan de la presencia de la gracia de Dios en nuestro interior, Pedro NOS llama a: poner “toda diligencia…” Participemos en el proceso de cultivar el jardín de virtudes.
Echemos otro vistazo a estas ocho cualidades.
FE es la virtud de creer en la evidencia no por lo que se puede ver físicamente, pero por lo que Dios ha prometido. (Hebreos 11:1,6)
VIRTUD es la calidad de la excelencia moral, incluyendo la justicia y la bondad. (Gálatas 5:22,23)
CONOCIMIENTO es la virtud de estar personalmente percatado y de comprender lo que es la persona de Dios, Sus obras y Su revelación. (Proverbios 2:3-5; Col. 1:10, 2 Ped. 3:18)
DOMINIO PROPIO es la virtud de gobernar tus pensamientos, tus decisiones, y tus deseos físicos por el medio de tu propio espíritu- facultado por el Espíritu de Dios. (Proverbios 25:28; Rom. 6:12)
PACIENCIA es la virtud de la persistencia constante en la adhesión a un compromiso con la misión de Cristo y su mensaje. (Romanos 5:03; 1:04 Santiago; 5:7)
PIEDAD es la virtud de expresar reverencia a Dios por medio de la devoción personal y el carácter de Cristo. (1 Tim 2:1,2; 4:7)
AFECTO FRATERNAL es la virtud de genuino afecto y el amor hacia los demás, como es digno del parentesco en la familia de Dios. (Romanos 12:10; 3:12 Col.)
AMOR es la virtud de tratar a los demás en función del valor que Dios ha puesto sobre ellos. (Juan 13:34,35)
El Señor Jesús ilustra la dinámica de la vida cristiana con la metáfora de la vid. Él es la vid verdadera, el Padre es el labrador, nosotros (los creyentes) somos los pámpanos (ramas), y el fruto es la evidencia de su vida interior. (En esta ilustración se cambia el papel de jardinero a Dios el Padre, con el fin de destacar la fuente dinámica de las virtudes del cristiano.)
Para llevar este fruto, el discípulo debe permanecer en Cristo (Juan 15:4). ¿Qué significa permanecer en Cristo? Frederic Godet lo definió de esta manera: “‘Permaneced en mí [Cristo]” expresa el acto continuo por el cual el cristiano deja de lado todo lo que pudiera derivarse de su propia sabiduría, fuerza, y mérito, para sacar todo de Cristo. “
Así como un cantero de flores cultivadas es más exuberante que uno sin cultivar, el creyente que intencionalmente valora, ora, y decide escoger estas virtudes verá la gracia de Dios revelada en estas formas. Tenemos que seguir quitando las malas hierbas, tales como el orgullo, la amargura, y la autosuficiencia.
Jerry Bridges habla de la dificultad de equilibrar nuestra perspectiva del discipulado: “Un día sentimos nuestra responsabilidad personal y tratamos de vivir una vida santa por las fuerzas de nuestra propia voluntad. Al día siguiente, al comprender de la futilidad de confiar en nosotros mismos, lo ponemos todo en las manos de Cristo y renunciamos a nuestras responsabilidades que se exponen claramente en las Escrituras. Tenemos que aprender que la Biblia enseña tanto la responsabilidad total como la dependencia total en todos los aspectos de la vida cristiana”. (En Busca de la Piedad)
Alguien advirtió, “Siembra un pensamiento y cosecharás una acción; siembra una acción y cosecharás un hábito; siembra un hábito y cosecharás un carácter, siembra un carácter y cosecharás un destino”.
Facilitamos pensamientos y obras positivas cuando afirmamos nuestra identidad en Cristo, que se basa solo sobre la gracia: ” Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” (Efesios 2:8-10).
Tu conducta diaria forma tu carácter y tu carácter forma tu conducta. Sin embargo, tu identidad en Cristo debe influir ambas cosas. Este crecimiento de carácter es más que una impresión artificial, es una evidencia de que Cristo vive Su vida en y a través de ti. Vive en la luz de tu identidad espiritual. Continúa permaneciendo en Cristo mientras cultivas este jardín de virtudes.
NOTAS DE GRACIA Tu Jardín de Virtudes Por John Woodward 24 de enero 2000
He utilizado diferentes definiciones de varios diccionarios bíblicos para definir las virtudes usadas en este artículo.
Recursos Sugeridos: El curso de calidad de carácter y el juego de familia – “Claves del Caracteres”, ambos presentados por El Instituto de Principios Básicos de la Vida (www.iblp.org); El Libro de Valores Cristianos Para la Familia, de Stuart y Jill Briscoe.
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Derechos de Autor de John B. Woodward, 2010. Se concede permiso para reimprimir (con crédito) para uso no comercial. Citas de la Biblia fueron tomadas de la versión RVR 1960 © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina. Traducción de J A Toranzo.