Primera Parte
En una feria en nuestra comunidad se pudieron observar muchas exhibiciones de artesanía y diferentes atracciones. Las festividades incluyeron incluso paseos en globos de aire caliente y helicóptero para aquellos que deseaban ver las cosas desde puntos más elevado.
¿Por qué es tan fascinante obtener una perspectiva más elevada? ¿Será que nos acostumbramos a la apariencia normal de nuestro entorno y perdemos la perspectiva de la escena global? Incluso los lugares conocidos parecen diferentes cuando se ven desde una elevación más alta. Por ejemplo, algunos de nuestros vecinos se mudaron a una zona rural y ahora disfrutan de los espacios abiertos y varias hectáreas de terreno. Un día vieron un pequeño avión volando por encima. La razón de este vuelo se hizo evidente más tarde, cuando un piloto fotógrafo se presentó a su puerta. Había una gran foto aérea de su casa y propiedad que fue tomada desde el avión. Ellos estaban dispuestos a desprenderse de algo de dinero para comprar esa imagen única que luego enmarcaron y mostraban en su casa. Para ellos, esa elevada perspectiva valía la pena.
De manera similar, necesitamos una visión más elevada de la vida cristiana. ¡Qué fácil es ser corto de vista en nuestro andar y perder la perspectiva correcta del objetivo final de Dios. Romanos nos da una lista de las diferentes etapas de Su propósito para nosotros: “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.” (Rom. 8:29-30). Esto declara la soberanía del propósito de Dios y el alcance de su plan.
Nos deleitamos en la forma en que Dios redime. Cuando recibimos a Cristo por medio de la fe somos justificados; declarados justos por Dios. La epístola a los Gálatas muestra cómo la gracia de ese Dios ofrece este rescate: “sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.” (Gálatas 2:16). Sin embargo, el propósito de Dios va mucho más allá de nuestra salvación personal, tan importante como eso sea para nosotros.
También vemos la necesidad de la santificación progresiva (1 Tes. 4:3-5,7) creciendo en la santidad experimentada en la medida en que Cristo vive su vida a través de nosotros. Esto culmina en la glorificación en la Segunda Venida de Cristo, la última etapa de nuestra redención. Como el apóstol Juan declaró: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.” (1 Juan 3:1-3).
Esta elevada perspectiva nos ayuda de muchas maneras. Por ejemplo, nos ayuda a aceptar el propósito de Dios al permitir las tribulaciones en nuestra vida. Pablo pudo declarar: “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” (2 Cor. 4:16-18). Sin una perspectiva superior, la aflicción parece destructiva y sin sentido.
Efesios 3:9-11 revela cómo este punto de vista se relaciona con las personas glorificadas por Dios: “y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor,”.
Watchman Nee reflexiona acerca de la intención final de Dios: “Sólo vemos la historia posterior a la Caída [Gen 3]. Dios lo ve desde el principio. Había algo en la mente de Dios ANTES de la caída, y en los siglos venideros tal cosa [la Iglesia glorificada], debe realizarse plenamente. Dios sabía todo acerca del pecado y la redención; sin embargo, en su gran propósito para la Iglesia, establecido en Génesis 2, no hay una visión del pecado. Es como si (para hablar en términos finitos) Salta en Su pensamiento directamente sobre toda la historia de la redención y ve a la iglesia en la eternidad futura, con un ministerio y una historia (futura), que esta del todo separada del pecado y es totalmente de Dios. Es el Cuerpo de Cristo en la gloria, expresando nada del hombre caído, sino solamente aquello que es la Imagen del Hijo del Hombre glorificado. Esta es la Iglesia que ha satisfecho el corazón de Dios y que ha alcanzado el dominio”.
¡Como aquellos que hemos ascendido con Cristo, intensifiquemos nuestra fe y observemos el panorama del plan de Dios!
Segunda Parte
Cuando considero una perspectiva superior, recuerdo mi visita a la Torre CN en Toronto. Con vistas panorámicas del Lago Ontario, esta torre es el edificio de estructura libre más alto del mundo (1.815 pies o 555,3 metros de altura). Tomamos el ascensor de cristal hasta el piso de observación de 360 grados. No sólo es el panorama de la ciudad y sus contornos una experiencia sobrecogedora, sino que tiene un piso de cristal en la galería de observación desde el cual los visitantes pueden ponerse de pie y dar una mirada hacia debajo de 1.122 pies. ¡Qué vista!
Estamos considerando la necesidad de una perspectiva más elevada de la salvación y el crecimiento espiritual. Tan maravilloso como el mensaje de la vida de Cristo es, no debemos limitarlo solamente a aquellas cosas que afectan nuestros beneficios personales.
DeVern Fromke se dió cuenta de la necesidad de relacionar la redención y la santificación a los propósitos de Dios. Confesó, “Durante casi quince años este escritor predicó las glorias de nuestra posición en Cristo. Hizo hincapié en la verdad de nuestra identificación con la muerte y resurrección de Cristo, que puso a nuestra disposición un andar victorioso… Sin embargo, yo estaba, sin darme cuenta, siempre relacionando todo esto al hombre, a sus necesidades y su bienestar. Todo era para el hombre – lo que el hombre recibió a través de esta nueva posición en Cristo… Hasta que un día explotó la verdad. Comprendí cuan corto se quedaba esto de llevar al hombre a una emancipación plena y total por la cual podría vivir toda una vida nueva con un nuevo centro de relación.” [1] Dado que la apropiación de la vida abundante en Cristo exige la liberación de la vida centrada en sí mismo a cambio de “la vida de Cristo,” es lógico que nuestra cosmología también debe ser centrada en Dios.
En su libro, “Intención Esencial”, Fromke identifica el triple propósito de Dios el Padre para el Hijo desde antes de la creación:
1. El hijo tendrá un Cuerpo en equipo a través del cual se puede expresar a sí mismo (Ef. 3:4). Esto implica el misterio de “Cristo en vosotros, la esperanza de gloria” (Col. 1:27).
2. El hijo será la cabeza de este Cuerpo. Como Aquel que es preeminente, Él se expresará no sólo a si mismo, sino también a “la plenitud de la Deidad” (Col. 2:9) que habita en El corporalmente. Por lo tanto, esta gloria trina se expresará en todo el universo a través de su pueblo glorificado (Col. 1:18).
3. El Hijo será el centro y punto de encuentro para todas las cosas en el cielo y la tierra (Ef. 1:10), ya que todo fue creado por Él y para Él. (Col. 1:16). [2]
Esta perspectiva nos eleva a una visión más alta del plan de Dios. Cuando los misioneros con la Misión Nuevas Tribus comienzan a enseñar las lecciones del orden cronológico bíblico a un grupo o tribu a quien desean llevar al Señor, empiezan por presentar una imagen del planeta Tierra. Al mostrar el punto de vista más elevado de Dios como Creador y al mundo como obra de sus manos, se sentaron las bases para el desenvolvimiento de la historia de la Caída, los pactos del Antiguo Testamento y, finalmente, el evangelio del Nuevo Testamento de Cristo. Este punto de vista superior no solo facilita la evangelización, sino que también facilita la entrega de los creyentes a una perspectiva centrada en Dios para la vida. [3]
Esta perspectiva más elevada se basa en la revelación de Dios. El proclamó por medio del profeta Isaías: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” (Isaías 55:8,9).
Obtener una visión más alta de los propósitos de Dios no es tan simple como saltar en un ascensor. Necesitamos toma “alas de alabanzas” para renovar nuestra mente y ajustar nuestra perspectiva. De esta manera, podemos apreciar el alcance de la gracia de Dios, Su intención final.
Unámonos a Pablo en una oración: “para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.” (Ef. 1:17- 23).
Notas
Edición revisada del artículo del 4 de septiembre del 2000.
[1] Fromke DeVern, “La Intención Esencial” (Sure Foundation, 1963), p. 39,40. Esto puede ser comprado en el sitio de http://www.CrossLifeBooks.com
[2] Ibíd., P. 44.
[3] Para más información sobre enseñanzas acerca de la cronología bíblica, visita http://www.ntm.org y http://www.goodseed.com
Derechos de Autor de John B. Woodward, 2010. Se concede permiso para reimprimir (con crédito) para uso no comercial. Citas de la Biblia fueron tomadas de la versión RVR 1960 © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina. Traducción de J A Toranzo